Seguro que la primera vez que fuiste a un escape room sentiste que, una vez terminada la experiencia, querías hacer otro al instante. Cuando te inicias en el mundo del escapismo ya te quedas atrapado. Porque detrás de tu reciente amor por los escape room hay una ciencia escondida.
Ciencia y pasión por los escape room
Nos encanta descubrir los misterios del universo. Queremos tener todas las respuestas a nuestro alcance. Y es que el ser humano es curioso por naturaleza. Este es el factor desencadenante de la pasión que sientes por los escape room.
Una sala está plagada de enigmas por resolver. Nos volcamos al 100 % en averiguar qué se esconde en cada rincón. Y nos llena de satisfacción cuando montamos un puzzle en el que llevamos todo el equipo trabajando 10 minutos. Y son estos pequeños momentos los que suman sentimientos positivos para nuestro cuerpo.
Explicaciones científicas
Por lo que vamos a analizar en profundidad ciertos beneficios científicamente demostrados que aportan los escape room. Y entenderás mejor la ciencia que se esconde tras tu pasión por ellos.
La tensión positiva
De entrada, no sabes qué esperar al abrir la puerta de la sala. No obstante, sientes como tus cinco sentidos se activan. Y, sin darnos cuenta, estamos centrados en una tarea por completo.
Cuando debes pensar rápido, bajo presión, nuestro cerebro segrega dopamina. Así que nos acelera y hace que nos centremos todavía más en el enigma que tenemos entre manos. Y cuando conseguimos abrir un candado nos llenamos de felicidad, lo que implica más dopamina. Por eso a medida que avanza el escape room sentimos que vamos más lanzados. Porque estamos más motivados y llenos de furor.
Desconexión del mundo exterior
Aunque no lo parezca, cambiar de ambiente ayuda mucho a nuestra mente. Conseguimos que durante el tiempo que estamos dentro del juego los problemas pasen a un segundo plano. Y al dejar los móviles en la entrada no hay ningún input del exterior que pueda sacarnos de la pequeña aventura.
El papel que desempeña la ambientación es crucial para este punto. Porque si apreciamos que somos los protagonistas de una película de acción nuestro cerebro solo se centrará en lo que aparezca a nuestro alrededor. Y, aunque exista la tensión del reloj, nuestra mente se relaja de todas las preocupaciones. Al terminar la sesión sentimos un alivio e incluso como si nos quitaran un peso de encima.
Interacción social
Estar con otras personas nos ayuda de un modo terapéutico. En un escape room debes confiar en el resto del grupo para conseguir la misión. Así que nos empuja a expresar lo que sentimos y a mejorar nuestras habilidades sociales.
Al recibir el feedback sobre tus comentarios, empiezas a confiar en ti mismo. Y el efecto positivo de encontrarte en este tipo de actividad de ocio es que terminas por conocerte a ti mismo. Muestras tu verdadero yo y llegas a sentirte cómodo en un ambiente seguro y controlado. Por lo que el resto de personas pueden aceptarte tal y como eres.
Conclusiones
Como puedes ver, realizar un escape room con tus amigos o familia tiene un gran efecto positivo en tu mente. Y, al sentirte feliz y realizado tras el juego, se disparan esas ansias de querer jugar otro. Así que ahora entiendes la ciencia que hay tras los beneficios que hacen que seas un total adicto escapista.
¿Qué sientes al hacer un escape room?
Ven a Cronoroom
En Cronoroom, nuestro escape room en Gandía, podrás sentir todos estos factores beneficiosos en las salas que tenemos preparadas.
Únete a nuestra expedición de El tesoro del jaguar y embárcate en un viaje a la selva de Centroamérica. Cerca de unas ruinas mayas se ha descubierto un campamento abandonado. Los documentos certifican que estaban cerca de recuperar el ansiado oro. ¿Serás capaz de resolver lo que dejaron estos exploradores antes de que la tormenta arrase con vuestras carpas?
Además, muy pronto los más pequeños de casa podrán celebrar su cumpleaños en un escape room. Estamos preparando una aventura adaptada para niños de entre 8 y 12 años. Se unirán a la misión de Los exploradores del tiempo, en la que deberán ayudar al profesor Microbiótico a recuperar reliquias que una extraña fuerza ha estado robando de épocas como el imperio romano o el antiguo Egipto. ¡El futuro, nuestro presente, depende de ellos!
